sábado, 11 de febrero de 2012

¿Sabes? Te echo de menos.

Echo de menos tu sonrisa, la veo todos los días, pero a mí me gustaba esa sonrisa alegre, cómplice, esa que podía ver todos los días y que ahora ya no veo. Echo de menos tu mirada, sí, tu mirada, esa mirada profunda y limpia que me lo decía todo. Echo de menos tu risa, en realidad nuestras risas sin razón, esas risas que te dejaban sin respiración y sobre todo echo de menos cuando me decías que era imposible no reírme contigo, y tenías razón... Echo de menos tu voz, sí, esa voz que escuchaba horas y horas en clase o en los cambios de hora en el pasillo, y que a veces no teníamos nada de qué hablar... pero me gustaba ese ratito. Echo de menos tus abrazos, esos que me envolvían, esos que me hacían desaparecer todos los problemas, esos que eran verdaderos. Echo de menos cuando me agarrabas del moño diciendo:''¡Joder! Que duro está''. 
Echo de menos cuando me contabas tus secretos, echo de menos cuando me preguntabas ¿Estás bien? o ¿Qué te pasa? y no podía evitarlo y te contaba todo lo que me preocupaba. Echo de menos tu forma de hacerme sonreír. Echo de menos cuando nos peleabamos por tonterías y luego volvíamos a hablarnos como si no hubiese pasado nada. Echo de menos hablar contigo. Echo de menos cuando me decías: ''Te quiero''.